Caso planteado.
Nuestro cliente contrató un viaje junto con un seguro de anulación. Posteriormente, sufrió un problema cardíaco y recibió indicación médica de no viajar. Con base en ello, solicitó la cancelación del viaje y el reembolso de los gastos conforme a la cobertura del seguro. Sin embargo, la aseguradora rechazó el reembolso alegando que el asegurado no requería hospitalización, asistencia, tratamiento médico ni reposo en cama, además de considerar que el seguro se contrató en una fecha posterior a la reserva del viaje. Pese a aportar un nuevo informe médico donde se especificaba la necesidad de reposo, la aseguradora siguió negando la cobertura.
Solución propuesta.
El asegurado cumple con los requisitos de la póliza para la anulación del viaje:
- Cancelación antes del inicio del viaje.
- Motivo imprevisto y ajeno a su voluntad.
- Enfermedad grave sobrevenida tras la contratación del seguro.
El diagnóstico cardiológico implica una imposibilidad evidente de viajar, lo que debe entenderse como una causa válida conforme a la póliza. La negativa de la aseguradora se basa en una interpretación restrictiva y malintencionada de la cláusula de enfermedad grave, ignorando la necesidad médica de reposo.
Se debe exigir el reembolso de los gastos de cancelación en base a la normativa de protección al consumidor, el principio de buena fe contractual y la interpretación favorable al asegurado de las cláusulas ambiguas.
Resolución favorable para nuestro cliente.
La aseguradora procedió a abonar a nuestro cliente los gastos de cancelación del viaje.
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